“Más que la orientación, la asignatura pendiente es la inclusión” 

Para el orientador educativo y docente de Inglés David G. Gándara, la orientación resulta fundamental para conseguir una educación más inclusiva, además de ayudar al alumnado a encaminar su futuro.

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David G. Gándara Orientador Educativo

El orientador educativo es una figura clave en los centros escolares. Ayuda a identificar posibles problemas de aprendizaje, a mejorar la atención a la diversidad o a orientar laboralmente al alumnado. Sin embargo, en muchos centros la realidad es que solo cuentan con un profesional de este tipo para hacer frente a las necesidades de todos los estudiantes, lo que dificulta de manera considerable el poder llevar a cabo una atención eficaz. 

David G. Gándara es orientador educativo en el CEIP Nosa Señora das Dores, en Forcarei (Pontevedra) y en su día a día trata de ayudar al alumnado en este tipo de cuestiones. Acaba de publicar un libro, ‘Orientación educativa para 2030: Manual básico’, una especie de guía que sirve de apoyo a las personas que se incorporan por primera vez a la jefatura de un departamento de orientación. En él también hace hincapié, a través de diferentes propuestas para la organización del trabajo, en la importancia de llevar las acciones orientativas hacia un modelo más inclusivo, que consiga cambiar la cultura de los centros.

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Pregunta: ¿Es la orientación la asignatura pendiente del sistema educativo español?

Respuesta: Más que la orientación, la asignatura pendiente es la inclusión. Aunque hemos ratificado acuerdos internacionales como la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, o la Agenda 2030, se sigue legislando para que sigan existiendo los centros especiales, la atención a la diversidad basada en las categorías diagnósticas… Prácticas que se han señalado como segregadoras por los organismos internacionales.

P: ¿Por qué es tan importante contar con la figura de un orientador educativo en los centros escolares?¿Cuál es la labor que realmente desempeña?

R: Es esencial para que lidere esa transición necesaria hacia culturas más inclusivas, asesorando en la detección de barreras a la participación y el aprendizaje y en las estrategias que pueden ayudar a hacerlas desaparecer. Por desgracia, esto no es lo que se suele hacer. Las administraciones nos encargan trabajos de categorización del alumnado y de prescripción de medidas educativas descontextualizadas.

P: ¿Cree que el sistema tradicional (y actual) de orientación es realmente fructífero?

R: No lo creo. En muchos casos los centros funcionarían de manera muy parecida prescindiendo de la figura de las personas al cargo de la orientación. Por eso, en la mayoría de sitios no se considera necesaria su presencia en los centros.

P: ¿Contáis con las herramientas necesarias para ayudar al alumnado a escoger su camino?

R: Creo que sí tenemos las herramientas suficientes para la parte de la orientación formativa, y de hecho, en muchos sitios se hace muy bien. En otros no tanto, ya que más que ayudar a escoger un camino, le dirigen hacia opciones que no tienen por qué ser las que el alumnado quiere en realidad.

Entrevista David G. Gándara Inclusión

P: Acaba de publicar un libro titulado ‘Orientación educativa para 2030: Manual básico’. ¿Qué aprenderán con él los docentes?

R: Me dirijo a un público concreto, que son las personas que llegan a un departamento de orientación con la idea de comenzar ese liderazgo inclusivo del que hablaba anteriormente. Mi objetivo es que no se encuentren en un entorno en el que les hagan sentir que sus ideas no sirven o que son imposibles. Me gustaría que con mi historia y también con las de otras personas que se animen a hacer lo mismo, puedan tener un repertorio de ideas con las que seguir adelante.

P: ¿Debería abordarse la orientación de manera transversal en el currículo educativo?

R: Es una pregunta interesante. Nunca había pensado en la orientación educativa como parte del currículo. Supongo que más que transversal debe estar en el planteamiento general, en la filosofía que lo sustenta.

“En los primeros cursos de Primaria e Infantil es donde se detectan mejor las posibles barreras al aprendizaje y donde se pueden plantear las estrategias educativas. Cuanto antes se empiece, más posibilidades hay de reducir los problemas que pueden surgir más adelante”

David G. Gándara

P: La mayoría de centros escolares cuentan con uno o dos orientadores pero el número de alumnos es muy elevado, por lo que atender sus peticiones resulta complejo. ¿Echa en falta una mayor inversión en el campo de la orientación?

R: Esto no es exactamente así porque, por ejemplo, muchísimos centros no cuentan con ningún orientador educativo. Pero en general, la ratio es absurdamente alta. Depende mucho del territorio. En Galicia, comparando con otros sitios, no estamos nada mal. Se dice que en Madrid la ratio es cercana a un orientador educativo por cada 900 alumnos. En mi caso el alumnado es de aproximadamente 160. No es el caso más típico, pero en otros territorios esto es completamente imposible.

P: ¿Cuáles son los cursos escolares en los que hay que hacer un mayor hincapié en cuestiones de orientación?

R: Todos los cursos son igualmente importantes, aunque por distintas razones. En los primeros cursos de Primaria e Infantil es donde se detectan mejor las posibles barreras al aprendizaje y donde se pueden plantear las estrategias educativas. Cuanto antes se empiece, más posibilidades hay de reducir los problemas que pueden surgir más adelante. En Bachillerato, en cambio, puede ser más importante la orientación hacia la carrera, la prevención de ciertos hábitos, etc.

“La FP sigue estando reservada al alumnado que se considera que podría tener dificultades para acceder a la universidad”

David G. Gándara

P: Normalmente las carreras universitarias son las favoritas a la hora de aconsejar pero hoy en día la Formación Profesional es también una opción muy válida. ¿Cree que los estudiantes están lo suficientemente informados sobre la FP o esta sigue considerándose como una segunda opción?

R: La formación profesional siempre ha sido una opción muy válida. No conozco muy en profundidad el tema de la orientación profesional en Bachillerato, pero en el ámbito que sí conozco, sigo viendo como se sigue dirigiendo al alumnado a la universidad. La FP sigue estando reservada al alumnado que se considera que podría tener dificultades para acceder a la universidad.

P: Además de aconsejar a los menores sobre su futuro o qué asignaturas escoger, los orientadores también desempeñais un papel muy importante respecto a posibles problemas de salud mental, necesidades educativas especiales, convivencia… ¿Cómo aborda estos temas?

R: En mi caso, que trabajo en Primaria, no se dedica tanto tiempo a aconsejar sobre el futuro o las asignaturas. De hecho, yo no creo que se deba aconsejar. Más bien habría que acompañar en la toma de decisiones, asegurándose que tienen toda la información necesaria. Con respecto a la salud mental, aunque mucha gente cree que somos parte del sistema sanitario en cuanto a ayudar en algunos diagnósticos clínicos, esto no debería ser así. Nuestro ámbito es el educativo. Es decir, no tenemos un papel en cuanto a salud mental diferente del resto del equipo docente. 

Igual que si observamos un problema de visión se recomienda acudir a los servicios sanitarios, si observamos problemas en la atención, en la comunicación, etc…, también recomendamos acudir a los servicios sanitarios. 

En lo que respecta a necesidades educativas especiales, este es uno de esos aspectos que debería cambiar. Habría que hablar de barreras a la participación y el aprendizaje. Puede parecer lo mismo, pero es muy diferente. Las necesidades, igual que las discapacidades, provienen de una interacción con los entornos y si seguimos hablando solo de las personas, no vamos a conseguir resolver los problemas de una manera inclusiva. Y una vez que hablamos de barreras, ya está automáticamente incluida la convivencia, porque hacer desaparecer las barreras a la participación es crear una mejor convivencia. Convivir y participar deben ser lo mismo. Es decir, si aceptamos que el eje del trabajo de orientación es liderar la eliminación de barreras, el resto de los temas ya se tratan en cadena.

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