De padre palestino y madre española, Marwan Abu-Tahoun Recio, más conocido como Marwan, se sintió atraído por la poesía desde muy joven. “Mi interés surge cuando cumplí 16 años y leí ‘El Cantar de Mio Cid’, me pareció fascinante”, recuerda. A partir de aquel instante, empezó a leer algunos poemas de Mario Benedetti que le enseñó su hermano y que sirvieron para alimentar el flechazo que tuvo hacia este género literario. “La emotividad y la profundidad que busca la poesía a través del uso de imágenes y los símbolos la hacen única”, afirma. Su nuevo trabajo, ‘Los amores imparables', propone al lector un viaje a través de los sentimientos.
En su opinión, ¿cómo se enseña poesía en la escuela? ¿Ocupa el lugar que se merece?
Me consta que hay muchos profesores que usan mis poemas y los de otros compañeros porque suelen resultar más accesibles y cercanos a los jóvenes. Parece que la respuesta de los estudiantes es buena. Dicho esto, la poesía siempre ha sido un género de minorías y no se ha incidido mucho en su enseñanza. A pesar de ello, siempre hay gente que acaba buscándola y lo que quizá no se haya conseguido en la escuela lo han logrado las redes sociales donde cientos de miles de jóvenes buscan poemas cada día.
¿Sólo se aprende poesía con los grandes clásicos o habría que dejar paso también a los contemporáneos?
Es positivo empezar por una poesía cercana a la prosa poética, que sea sencilla y fácil de asimilar, para después pasar a cosas más complejas que permita al alumnado entenderla y disfrutarla. Leer cosas cercanas, de temáticas que ellos sientan como propias, ayuda mucho. Los clásicos jamás se deben quedar fuera de la ecuación. Si son clásicos es por algo. Tienen un nivel altísimo.
La poesía es un género que entre los más jóvenes no está demasiado extendido, ¿cómo fomentaría su lectura?
Actualmente, la poesía se ha extendido entre cientos de miles de jóvenes debido a la aparición de algunos autores entre los que tengo la suerte de incluirme. Algunos de nosotros hemos sido número uno de ventas en nuestro país y en zonas de Latinoamérica. Como he mencionado antes, las redes lo han hecho posible. Aun así, plantear programas de lectura de poesía o darle una mayor importancia en la escuela sería una noticia maravillosa.
La poesía se ha extendido entre cientos de miles de jóvenes debido a la aparición de algunos autores, entre los que tengo la suerte de incluirme
¿Qué autores u obras les recomendaría para iniciarse en este género?
Entre los autores jóvenes, por ejemplo, Luis Ramiro y Elvira Sastre. De generaciones pasadas, Pablo Neruda, Mario Benedetti, Gloria Fuertes o Miguel Hernández.
Además de escritor es cantautor. ¿Cómo se siente más cómodo escribiendo letras para canciones o para poemas?
A mi modo de ver es más sencillo escribir poemas, porque mis poemas son de verso libre y encuentro menos limitaciones que al escribir canciones donde por duración, rima y por el hecho de encajar la letra sobre una melodía me resulta algo más complicado. Aun así, me siento cómodo en ambas facetas.
¿El proceso de creatividad es el mismo?
No, los procesos son muy diferentes. En poesía me permito más licencias que en la música, puedo retorcer más el lenguaje y reflexionar más que en las canciones. Si en la canción te pones muy reflexivo se pierde musicalidad y deja de funcionar. Además, en los poemas puedo abordar de modos mucho más variados los temas que en la canción, y en la canción, sí o sí, viene incluida la música, con lo cual, ofrece una emotividad única. Es un género literario absolutamente independiente.
El amor es el eje central de su trabajo, ¿de cuántas maneras es posible tratarlo?
El principal tema que abordo es el amor, pero también escribo poemas sociales, relacionados con el arte, la música...
Se puede abordar desde millones de perspectivas porque tiene mil facetas. No solo se habla de amor en sí. Se habla de todos los escenarios y sentimientos a los que te puede conducir el amor, su falta o su pérdida. No es un tema de una sola cara, es infinito: la pasión, la entrega, la soledad, el abandono, el enamoramiento, la ruptura, las dudas, la fidelidad, la infidelidad, el deseo encendido, el deseo que se apaga, la ternura, el tedio…
¿En qué otros sentimientos y emociones le gusta profundizar cuando escribe?
En mi último libro hay tantos poemas de amor o desamor como de otras temáticas. Existen también poemas sociales y otros relacionados con el arte, la música, historias autobiográficas del pasado, poemas sobre la psicología de las emociones... Tiene ocho secciones de las cuales cuatro son de amor y el resto que no lo son. Además, en mis otros dos libros anteriores dedico bastantes poemas a otros temas, sobre todo sociales, aunque los de amor sean mayoría.
Por último, un pequeño test. ¿Qué le sugieren las siguientes palabras?
- Amor: El motor de todo.
- Inspiración: La más bella de todas las damas.
- Verso: El esqueleto del poema.
- Literatura: Pasión.
¿De verdad habla en una revista de educación de la necesidad de incluir la poesía en las aulas? La poesía en las aulas ya está presente. Y los poetas también. Es cierto que se podría y debería aumentar la presencia de la lengua y literatura en el currículo y, sobre todo, acompañada esta de una actitud más crítica ante los textos, por ejemplo, y en referencia a la poesía: identificación de ripios, lugares manidos, rimas fáciles, ñoñería sentimentaloide, etc. Es decir, ayudar al alumnado a discernir la poesía de lo que no es poesía. No se si Marwan se refería a eso, pero creo que no. Quizás de eso podría hablar un Juan Carlos Mestre, una Ana Pérez Cañamares... Se me ocurren tantos nombres.
Además de un gran desconocimiento, lo único que se traduce de la entrevista a esta persona es que las escuelas compren sus libros para sus alumnos