La maestra de Educación infantil Lola Cabrillana cuenta en su perfil de Twitter (@de_infantil) con casi 40.000 seguidores, un espacio en el que reflexiona y reivindica la importancia de construir una sociedad en la que el racismo y la intolerancia desaparezcan. Además, esta docente y escritora difunde en el aula la importancia de valores como el respeto, la empatía y la tolerancia, para que sus pequeños estudiantes -que aún no tienen prejuicios- puedan conocer desde edades tempranas qué es el racismo y por qué no debe tener lugar en la sociedad.
Cabrillana vive en Málaga y es de origen gitano, un pueblo que ha sufrido y sigue sufriendo el racismo y el ‘antigitanismo’ prácticamente a diario. Acaba de publicar su última novela, ‘La maestra gitana’ (Grijalbo Narrativa), en la que narra una historia protagonizada por una valiente profesora que lucha contra los prejuicios que hay en su entorno laboral por su origen étnico y por conseguir que las jóvenes gitanas continúen formándose y no dejen de lado sus estudios. Con él pretende también repasar la historia y la cultura de su pueblo desde una mirada positiva.
Hemos hablado con ella sobre el papel del racismo en las aulas españolas y cómo los docentes, pero también las familias, deben trabajar para educar a estudiantes críticos y empáticos.
Pregunta: ¿Sigue habiendo racismo en las aulas españolas?
R: Hay racismo en la sociedad española, por lo tanto en las aulas también. Pero estoy convencida que los docentes de este país no son permisivos al respecto y trabajan duro para combatirlo.
P: ¿Ha sufrido situaciones racistas en su entorno laboral por ser gitana?
R: No he recibido nunca situaciones racistas en mi entorno laboral por la sencilla razón de que físicamente no encajo en lo que se espera de una mujer gitana. Pero sí he vivido en primera persona comentarios despectivos hacía mi pueblo, teniendo que expresar, siempre con educación, mi punto de vista.
P: ¿Por qué decidió escribir ‘La Maestra gitana’? ¿Ha recibido comentarios racistas por publicar este libro?
R: Escribí ‘La maestra gitana’ con el objetivo de mostrar la historia y la cultura del pueblo gitano desde otra mirada; una mirada respetuosa que mostrase la realidad que nunca se ve y que está distorsionada por programas de televisión guionizados. He recibido numerosos ataques racistas, en su mayoría de forma anónima, la mayoría de las veces amenazando con reseñas negativas para frenar el éxito del libro.
P: ¿Cree que en los currículos y materiales didácticos actuales se abordan suficientemente este tipo de problemas?
R: Creo que el profesorado no está impartiendo la historia y la cultura gitana dentro de su currículum, como marca la ley. Hay un material a su disposición excelente que no está siendo utilizado por la mayoría de los docentes.
P: ¿Qué se puede hacer desde las aulas para educar en la tolerancia y el respeto a los demás?
R: Creo que es muy importante educar en valores, aprender a respetar las diferencias y, sobre todo, disfrutar de la diversidad que hay en nuestras aulas. A veces no es cuestión de integrar, es mucho más favorable asimilar para enriquecernos.
P: El reciente caso del futbolista Vinicius ha puesto sobre la mesa que el racismo sigue presente en muchos ámbitos como el deporte. ¿Cree que este tipo de actitudes entre aficionados puede influenciar en los comportamientos de seguidores más jóvenes?
R: Es evidente que todas las manifestaciones de oído son modelos que se deberían evitar. Creo que si nuestros jóvenes tienen empatía y una forma de resolver los conflictos sin violencia, son menos influenciables por este tipo de actuaciones. El trabajo para que esto ocurra debe de empezar en las familias.
P: Las redes sociales son también un canal en donde proliferan este tipo de comentarios y de situaciones que a menudo acaban en casos de bullying. ¿Cómo se puede concienciar al alumnado sobre su uso correcto?
R: Vuelvo a utilizar la palabra ‘empatía’. Faltan actuaciones donde el alumnado se ponga en la piel del otro. En una sociedad donde lo importante es el ‘like’, tenemos que educar para que sean críticos y que no todo valga para conseguirlo. Y esto tiene que ser un trabajo conjunto con las familias.