Isabel Carrión, del CEIP Jaime Balmes de Valencia, es psicóloga, profesora de Pedagogía Terapeútica y formadora de ecología emocional, “un modelo de gestión de las emociones que trata del arte de gestionar nuestros afectos”, como afirma en la siguiente entrevista. Lo aplica desde hace seis años y, a continuación, nos cuenta su experiencia y cómo introducirlo en el aula.
¿En qué consiste la ecología emocional y qué elementos la caracterizan?
La ecología emocional es un modelo de gestión de las emociones. Trata del arte de gestionar nuestros afectos, de tal forma que la energía emocional que de ellos se deriva se canalice hacia el crecimiento y mejora como seres humanos; a la mayor calidad de nuestras relaciones con los demás; y a un mejor y mayor cuidado del mundo que nos rodea.
Incluye, además, dos valores importantes. El primero es la responsabilidad: no somos responsables de lo que sentimos, pero sí de las acciones que se derivan de una correcta o incorrecta gestión emocional. El segundo es la conciencia del impacto emocional global: todo lo que hacemos (y lo que no) tienen consecuencias dentro del ecosistema humano.
¿Ecología emocional e inteligencia emocional van de la mano?
La ecología emocional tiene en cuenta las cinco competencias de la inteligencia emocional de Daniel Goleman: conciencia de uno mismo, autocontrol, automotivación, empatía y habilidades sociales. A partir de aquí, introduce un marco ecosistémico y ofrece un planteamiento nuevo y creativo que establece un paralelismo entre la gestión medio ambiental y la forma de entender y gestionar las emociones.
Algunos de los sinónimos establecidos entre la ecología ambiental y la ecología emocional son:
- Contaminación: Afectos en mal estado como son el mal humor, la irritación y el rencor. Se contagian y contaminan el clima emocional global.
- Reciclaje: Transformación de un sentimiento que da la oportunidad de evolucionar y descubrir nuevas posibilidades de nuestro interior.
- Agujero en la capa de ozono: Pérdida de protección en nuestro interior que hace que recibamos algunos estímulos sin protección: juicios de valor y críticas…
¿Qué les aporta y enseña a los estudiantes la ecología emocional? ¿A partir de qué edad recomienda su práctica?
A través de la ecología emocional los alumnos disfrutan de distintos beneficios como la mejora del conocimiento de uno mismo; la traducción correcta de la información emocional y toma de decisiones; el buen equilibrio y mayor coherencia en el eje mente-emoción-acción; relaciones más honestas; mejor calidad de comunicación; y capacidad de crear vínculos basados en la libertad y no la dependencia.
La canalización correcta de la energía emocional debe realizarse desde la infancia trabajando la conciencia emocional
La canalización correcta de la energía emocional debe realizarse desde la infancia trabajando la conciencia emocional, pero también colocando las bases de un buen control emocional, educando en límites, vacunando en la frustración, trabajando la voluntad y aprendiendo estrategias de automotivación.
Para trabajar con ellos una adecuada gestión de sus emociones ¿qué aspectos hay que tener más en cuenta?
Los pasos para gestionar la energía de las emociones son:
- Sentir. Darnos permiso para experimentar la emoción, evitar reprimirla o negarla.
- Nombrar con precisión, darnos cuenta de lo que sentimos y ponerle nombre. Es necesario tener un lenguaje emocional amplio y conocer toda la gama de emociones que podemos experimentar.
- Traducir la información que contiene cada una de las emociones experimentadas, dando respuesta a estas preguntas: esta emoción que siento ¿qué me dice de mí mismo? ¿y de mi relación con los demás? ¿qué me dice de mi proyecto de vida?
- Unir lo que pensamos y sabemos sobre nuestra vida e incluir la información aprendida de lo que sentimos para tomar decisiones que nos permitan ser felices.
¿Qué es más fácil: aprender a gestionar las buenas o las malas emociones?
La ecología emocional parte de que no hay emociones buenas ni malas, son neutras. Defiende que todas las emociones son necesarias puesto que nos proporcionan información sobre cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás, y sobre cómo llevamos nuestro proyecto de vida.
Si las gestionamos desadaptativamente o no nos permitimos sentirlas vamos a acumular mucho peso y basura emocional. Pero si las gestionamos adaptativamente, siguiendo sus pasos, aumentará nuestro bienestar y calidad de vida.
¿Qué técnicas recomendaría?
Todas las sesiones se inician con un centramiento, cuya finalidad es dejar pasar todos los pensamientos y situarnos en la actividad que vamos a realizar, acompañado de respiraciones y música adecuada para controlar las emociones y mejorar la atención. Otra técnica es el escáner emocional, ¿qué siento aquí y ahora? Consiste en detectar qué tres emociones predominan y darles nombre. Es una fotografía emocional centrada en el momento en que se realiza.
Luego pasamos a la auditoría emocional que es el escáner continuado en el tiempo. Durante tres semanas anotamos cada día las tres emociones que están más presentes. Y más tarde hacemos un balance y vemos qué emociones predominan y se extraen los puntos de mejora sobre los que actuar porque -sea cual sea el resultado de la auditoría emocional- conocerlo nos hace más conscientes de nuestra realidad emocional y esta es la primera premisa para poder gestionarlo. Otras técnicas que se aplican son el reciclaje de las emociones y las preguntas despertador.
¿Cómo valora las experiencias que realizan los centros para trabajar la gestión de las emociones?
La educación del siglo XXI debe trabajar el desarrollo emocional y social
La educación del siglo XXI no puede seguir centrándose en los aspectos cognitivos, es primordial trabajar el desarrollo emocional y social. Las investigaciones han señalado que los niños que reciben educación emocional en sus escuelas tienen mejores ajustes psicológicos, mejor rendimiento académico, mejores relaciones sociales y conductas menos agresivas.
La educación emocional debería, por otro lado, ser uno de los principales aspectos a tratar en la formación inicial y permanente del profesorado: es necesario dotar a los educadores de estrategias y formación específica en habilidades emocionales. Yo formé el curso pasado en ecología emocional al profesorado de un colegio público y estudiantes del Grado de Magisterio, y ambas fueron gratificantes. No olvidemos que la educación debe asumir una doble función, la de educar tanto la cabeza como el corazón.
¿Qué le sugiere las siguientes palabras?
Emoción: Estado complejo del organismo caracterizado por una excitación que predispone a una respuesta organizada.
Sentimiento: Estado psíquico más complejo que parte de las emociones y de los pensamientos. Su duración es superior a la emoción. En un sentimiento puede haber varias emociones combinadas.
Sensaciones: Impresiones producidas en las personas por un estímulo exterior o interior. Es algo corporal que se conecta con lo emocional.