Cuando la profesora e investigadora de la Universidad Internacional de La Rioja Ingrid Mosquera se percató de que cada vez más docentes recurrían a las redes sociales para compartir sus experiencias innovadoras, pero que sin embargo conseguían poca repercusión por su escaso número de seguidores, tuvo una idea: crear un espacio donde darles visibilidad. Así nacieron las #CharlasEducativas, encuentros con expertos y profesionales del ámbito educativo que se retransmiten en directo a través de YouTube cada miércoles, y que comenzaron en enero de 2020.
Mosquera es una de las ponentes que acudirá a SIMO EDUCACIÓN 2024 donde impartirá para los asistentes la conferencia ‘El proyecto de las #CharlasEducativas: más allá de las redes’: hablará de esta iniciativa de divulgación educativa que ha cosechado diversos reconocimientos a nivel nacional y de los tipos de aprendizaje que existen, con especial atención a las redes sociales como espacio de aprendizaje. También impartirá el taller ‘Educación online: salvando las distancias’ donde tratará sus características, reflexionará sobre sus ventajas e inconvenientes y profundizará en las estrategias que contribuyen a mejorar la experiencia de enseñanza y aprendizaje del alumnado. Todo ello desde una perspectiva práctica.
Pregunta: ¿Qué desafíos plantea la educación online en la actualidad y qué cambios cree necesarios para mejorar su calidad?
Respuesta: Para la educación en general creo que lo más importante es seguir actualizándose. Pienso que el docente debe estar en una formación continua, y esto puede acentuarse incluso más en la educación online por toda la parte técnica y tecnológica que no para de evolucionar y que no podemos obviar. Es un desafío que parece superado, pero que desde mi punto de vista no lo está: es la brecha digital en muchas de sus vertientes, tanto de conocimiento, por parte de docentes y estudiantes, como por acceso. No todo el mundo tiene Internet o la conexión adecuada para seguir una formación online. Creemos que sí, pero la realidad es otra en muchos contextos. No debemos dar nada por supuesto.
P: Canales de YouTube, podcasts, redes sociales, plataformas de microlearning… ¿Qué papel juegan estos recursos en la educación digital?
R: Donde me muevo (la universidad), las redes sociales, YouTube y los podcast son fuentes de aprendizaje informal que pueden complementar muy bien todo lo que explicamos en clase. Son además una oportunidad para los futuros docentes que están formándose a la hora de contactar con profesorado en activo; el aprendizaje informal es, por tanto, una fuente potentísima de aprendizaje que no se debe obviar, tanto para nuestra formación continua y actualización como docentes, como para el futuro profesorado. Es una de las primeras recomendaciones que hago en mis clases, pero siempre incidiendo e insistiendo en los peligros que existen en las redes, así como en la necesidad de hacer un uso responsable de las mismas, tanto a nivel personal como profesionalmente cuando ya se encuentren en un aula.
P: ¿Cómo pueden las tecnologías impulsar el aprendizaje informal y qué estrategias considera las más adecuadas para fomentarlo?
R: El aprendizaje informal no está ligado necesariamente a la tecnología, pero sin duda contribuye mucho a ello. En concreto, las redes sociales, que es el ámbito en el que yo más me muevo, son una gran fuente de aprendizaje informal si se usan bien. Y ahí la tecnología juega un papel fundamental. Si queremos fomentar el aprendizaje informal en redes, debemos saber usarlas de un modo correcto. Cada una tiene su propia naturaleza y no se puede pretender hacer las mismas publicaciones en Instagram que en X por poner un ejemplo.
La estrategia más adecuada es hacerlo con un perfil bajo, observar, ir siguiendo perfiles interesantes, compartir lo que hacen otros… En definitiva, ver cómo funciona la red. Posteriormente, si tenemos algo propio que compartir como materiales, reflexiones o enlaces sería el momento de empezar a hacerlo. En el caso de que no tengamos nada, no nos apetezca o atrevamos podemos empezar a comentar, a dar las gracias por los materiales, a preguntar dudas…. Lo veamos o no, eso ya es aprendizaje informal tanto para el que escribe como el que lee. Todas las interacciones, los comentarios, los ‘me gusta’ y las publicaciones compartidas (o retuiteadas) dan forma a lo que se conoce como espacio de afinidad, una comunidad virtual de la que nos sentiremos parte y en la que aprenderemos de manera orgánica.
P: ¿De qué modo el aprendizaje informal complementa al formal?
R: El aprendizaje informal es un aprendizaje no forzado ni institucionalizado, en muchas ocasiones incluso inconsciente. Es el que se produce en redes sociales y conversaciones fortuitas; también al encontrarnos con un artículo o un vídeo al navegar por Internet. Sirve, por ejemplo, para profundizar en contenidos de una asignatura o para encontrar personas con nuestras propias inquietudes con las que aprender de forma horizontal. En definitiva, se emplea para seguir desarrollándonos como personas y profesionales a través una formación continua de la que podemos no llegar a ser conscientes de que está sucediendo. No siempre que aprendemos somos conscientes de ello.
El aprendizaje informal complementa, por otra parte, al aprendizaje formal porque es un aprendizaje real, significativo y ligado a nuestros intereses que resulta muy motivador. Al estar conectado de manera directa a la realidad permite hablar de tú a tú con muchos de los actores implicados.
P: ¿Cómo puede el aprendizaje informal ayudar a que los estudiantes desarrollen habilidades claves para su futuro como una mayor autonomía o fomentar el pensamiento crítico?
R: No todo lo que nos cuentan vale y no todo lo que encontramos sirve. Sin duda, el aprendizaje informal va a contribuir al aprendizaje del alumnado, a desarrollar su autonomía y a que busque información y fuentes de aprendizaje y conocimiento más allá del aula. Sin embargo, como nos pasa a las personas adultas, es muy fácil caer en trampas. Unas trampas y unos engaños que cada vez son más sofisticados. Entre estafas y noticias falsas es muy complicado no caer en la tentación de compartir, hacer caso o creernos al influencer de moda, a nuestra actriz favorita o la noticia más impactante del día.
Y resulta difícil educar en este tema porque nosotros, y me incluyo, también debemos formarnos para no caer en ello. Sin embargo, las redes están ahí, no pueden obviarse. Como bien dice la pregunta, son habilidades que serán clave para su futuro, pero es que ya son clave para su presente y para el nuestro. Debemos formarnos y formar en ese pensamiento crítico y en el empleo responsable y ético de las redes sociales, empezando por el propio uso que se hace de las mismas desde los centros educativos. Creo que tenemos mucho que reflexionar más que a nivel educativo a nivel social.
P: Pasando a su vertiente como docente, ¿qué estrategias sugiere aplicar para que la participación de los estudiantes aumente en un entorno de aprendizaje online?
R: Podría decir el uso de herramientas digitales, pero mentiría. Creo que la principal estrategia está en la comunicación con los estudiantes y en cómo somos en el aula. Si somos abiertos y cercanos daremos pie a que quieran participar, a que vean el aula como un espacio seguro, y se sientan con la comodidad suficiente para hablar y participar sin miedo a equivocarse. Resumiendo, la primera estrategia sería ser uno mismo y, por supuesto, en un entorno online no debemos omitir que las herramientas digitales son aliados muy importantes. Las herramientas sencillas de interacción pueden marcar, a este respecto, una gran diferencia tanto en las clases síncronas como para el trabajo en asíncrono.