“Un docente que no disfruta con los estudiantes está condenado al fracaso”

Para el docente Iñaki Jiménez la motivación es una parte primordial para ejercer esta profesión, ya que es clave para que todos los esfuerzos de un centro resulten eficaces con los estudiantes. Estará en SIMO EDUCACIÓN 2024 impartiendo una ponencia sobre esta temática.
Iñaki Jiménez

Aunque en un primer momento estudió Administración y Dirección de Empresas y no pensaba en la docencia como su profesión futura, desde 1996 Iñaki Jiménez da clases de Economía y Matemáticas en un colegio y en la universidad. También ha escrito cinco libros de Economía y hace unos meses publicó uno relacionado con la motivación docente, ‘Profesor a mucha honra’ (Pirámide). Y es que Jiménez cree que ningún profesor puede llegar a serlo si no se siente orgulloso de lo que hace. Tanto es así que está convencido de que los estudiantes tienen un radar para diferenciar a los profesores que disfrutan de su profesión y se encuentran motivados de los que no. De la docencia, de cómo motivarse en el día a día en el aula y de cómo exprimir las horas de clase con los estudiantes hablará en su conferencia en la próxima edición de SIMO EDUCACIÓN, la feria de innovación educativa, que se celebra en IFEMA Madrid del 19 al 21 de noviembre.

Pregunta: ¿Hay que ser un profesor ‘a mucha honra’? ¿Por qué?

Respuesta: No se puede ser profesor si uno no se siente orgulloso de ello. Trabajamos con la materia prima más valiosa que existe, los jóvenes, que en un futuro serán los que tomen las riendas del bienestar de nuestra sociedad. Por ese motivo y a pesar de que tenemos una enorme responsabilidad, también es un lujo ser parte del crecimiento de los chicos tanto a nivel cognitivo como de valores que irán incorporando durante toda su etapa educativa. Así que, definitivamente, es necesario ser un profesor ‘a mucha honra’ para que nuestros discípulos e, incluso, toda la sociedad crea en nosotros.

P: ¿Es una profesión tan vocacional como se cree?

R: Existen profesiones que no se pueden ejercer si no se tiene una clara vocación. Por ejemplo, no me imagino a una enfermera que esté cuidando a un paciente sin que tenga una vocación de asistencia al prójimo. De la misma manera, un docente que no disfruta estando con los jóvenes es un profesor condenado al fracaso.

No obstante, esto no significa que la vocación deba aparecer desde pequeño porque hay casos en los que aparece mucho más tarde. En mi caso, cuando cursé los estudios de Administración y Dirección de Empresas no imaginaba que acabaría trabajando de profesor, pero el azar me llevó a ponerme delante de unos adolescentes que hicieron que descubriera que quería dedicarme a ellos el resto de mi vida. Cuando la magia de la educación penetra por tus poros es imparable y no existe ninguna otra profesión que te llene de la misma manera.

P: ¿Qué es lo que se necesita para ser (o convertirse) en un buen profesor?

R: No existe una receta mágica que te convierta de la noche a la mañana en un buen docente. Ahora sí, hay una serie de ingredientes básicos que son imprescindibles para ser un buen profesor: ilusión, paciencia y amor hacia los jóvenes. El resto de estrategias se van aprendiendo a lo largo de los años, pero sin esos tres ingredientes es imposible transmitir y llegar a los alumnos. Los chicos tienen un radar que detecta si eres un profesor que disfruta dando clase o si estás contando los minutos para que acabe la sesión. Si eres de estos últimos, es mejor que te dediques a otra cosa porque eres un fraude para los chicos y para ti mismo.

«Cuando la magia de la educación penetra por tus poros es imparable y no existe ninguna otra profesión que te llene de la misma manera»

P: ¿Cómo influye la motivación del profesorado a la hora de enseñar? ¿Cuáles son las causas de la desmotivación de los docentes?

R:  La motivación del profesorado es el elemento clave para que todos los esfuerzos educativos de un centro académico lleguen a buen puerto. Algunas personas que intentan dedicarse a la docencia, rápidamente se dan cuenta de que no conectan con los chicos y no disfrutan con lo que hacen. En ese caso, esta profesión no es para ellos. Imagina un cantante de rock que no disfruta en el escenario y no transmite absolutamente nada. Por muy bien que cante o muy bien que toque la guitarra será imposible que conecte con el público. Lo mismo sucede con los profesores. Debe existir esa conexión que permita que el docente sea capaz de disfrutar y hacer vibrar a sus alumnos con sus clases. Cuando esto sucede ocurre algo mágico. Todos recordamos a aquellos profesores que nos han hecho amar su materia. Muchos de nosotros hemos estudiado una determinada carrera gracias a ese gran profesor que en el colegio supo sacar lo mejor de nosotros mismos.

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Pero hoy en día existen otros muchos factores externos que hacen que una gran parte del profesorado esté desmotivado. Necesitamos que el discurso que los chicos oyen en el colegio y en casa sea el mismo, es decir, necesitamos el apoyo de las familias. El exceso de tecnología que permite obtener respuestas inmediatas mediante los dispositivos móviles hace que los estudiantes no se concentren con la misma facilidad que hace años en las explicaciones de los docentes. También los constantes cambios legislativos y de currículo académico dificulta la estabilidad de las plantillas al necesitar constantemente nuevos especialistas. Todos estos factores hacen que la labor del docente sea más complicada y puede generar desmotivación.

Profesores Entrevista

P: Como docente, ¿hay algo que cambiar en el sistema educativo? ¿Por qué?

R: La educación es de una importancia tan crucial que debería convertirse en un Pacto de Estado. De esa manera, no estaríamos a expensas de que los planes de estudio fueran cambiando según el color político del partido que gobierna durante cuatro años. Los centros no pueden extraer lo mejor de sus profesores si constantemente deben ir cambiando a los especialistas en función de las sorpresas educativas que nos dará cada cambio de gobierno.

Por otro lado, creo que la tecnología es una aliada del docente, pero en ningún caso puede sustituirlo. En ocasiones se cree que un menor de 11 o 12 años con un ordenador puede aprender por sí mismo y eso es injusto. Pretendemos que a esa edad sean más responsables con los dispositivos digitales que nosotros mismos. Los chicos necesitan referentes claros que les guíen y simplifiquen su proceso de aprendizaje, y nadie mejor que un profesor motivado para hacerlo. No intentemos sustituir jamás al profesor experimentado por una pantalla y un enchufe. Vivimos en un mundo de inmediatez que no invita a la reflexión. Los chicos buscan respuestas de forma instantánea en sus dispositivos móviles.  Leer y escribir nos obliga a pararnos por un momento y a reflexionar sobre aquello que es importante y aquello que queremos expresar. Hoy en día, esto marca la diferencia en materia educativa. Por tanto, mi consejo es que los estudiantes lean y escriban más.

«Muchos de nosotros hemos estudiado una determinada carrera gracias a ese gran profesor que en el colegio supo sacar lo mejor de nosotros mismos»

P: ¿Cuál es el mayor reto al que se puede enfrentar un docente a lo largo de su vida profesional?

R: El mayor de todos es conseguir que sus antiguos alumnos, el día de mañana, estén agradecidos por las enseñanzas que les han proporcionado. Y no me refiero únicamente a enseñanzas académicas sino también a aquellos valores que harán que se conviertan en profesionales que hagan de esta sociedad un mundo un poquito mejor. La mayor recompensa para un profesor es que un exalumno se cruce de cera para saludarlo y darle las gracias por todo.

P: ¿Cree que los futuros docentes salen preparados de la universidad para esta profesión?

R: En la universidad se enseñan muchas estrategias para llegar a los alumnos, pero es el día a día con ellos el que muestra qué camino es el óptimo para conseguir los objetivos. Por eso la mejor enseñanza que pueden tener es su propia experiencia con los estudiantes y los consejos que recibirán de los compañeros más veteranos que han trabajado en diferentes escenarios y que siguen entrando a las clases con una sonrisa sincera. La teoría está muy bien, pero en esta profesión la práctica es la que te convierte en un mejor docente.

P: Díganos tres consejos que le daría a un futuro docente.

R: El primero de ellos es que no basta con amar a los jóvenes, es necesario que ellos mismos se den cuenta. En el momento en que logras que el joven perciba que quieres lo mejor para él, tienes media partida ganada. El segundo está relacionado con el disfrute. Solamente de esa manera serás capaz de transmitir a los que tienes delante. Para ello, puede resultar útil acercar los conceptos más complejos mediante ejemplos cotidianos que los alumnos puedan entender. Por último: necesitas una gran dosis de paciencia. En muchas ocasiones los resultados no se ven al finalizar el curso académico sino con el paso de los años y es que dejas una huella que siempre perdurará en el corazón de los estudiantes.

Profesor a mucha honra
  • Jiménez Largo, Iñaki (Autor)
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