Defensora de un aprendizaje personalizado que ofrezca al alumnado competencias sólidas, Coral Regí dirige la Escola Virolai, un centro transformador e innovador en mejora permanente que apuesta por la educación en valores y el protagonismo de las familias.
Situada en el cerro del Carmelo, mirador privilegiado de la ciudad de Barcelona, la Escola Virolai acumula más de 40 años de experiencia. Pero fue con la llegada de su actual directora, Coral Regí, hace más de 15 años cuando este centro concertado llevó a cabo una profunda transformación de su modelo educativo que se materializó en “un proyecto abierto, inclusivo, innovador y comprometido en ofrecer la mejor educación a los alumnos y a las familias”. Bajo el lema ‘Juntos para ayudar a crecer’, Virolai “enfatiza la importancia de una estrecha colaboración entre familia y escuela para asumir, juntos, el compromiso de ayudar al alumno en su proceso de aprendizaje y de crecimiento personal”.
¿Cuáles fueron las claves de esa renovación y cómo ha evolucionado desde entonces?
Por el talante fundacional y por la cultura de centro, la Escola Virolai ha sido siempre muy receptiva a escuchar los inputs del entorno, reflexionar y pensar en prospectiva para llegar a dar respuestas diferentes. Pero a lo largo del curso 2005-2006 nos cuestionamos la necesidad de replantearnos nuestro quehacer docente y educativo.
En un entorno, en un futuro lleno de incertidumbres, hace falta que como Escuela eduquemos chicos y chicas que se cuestionen la realidad desde una perspectiva holística, y apliquen sus intuiciones, sus vivencias, sus habilidades y sus conocimientos para dar nuevas respuestas. Ya no hay respuestas correctas ni apuestas formativas para toda la vida. Debemos formar personas con competencias sólidas que les permitan aprender y desaprender para volver aprender. Hemos de educar chicos y chicas que, desde su fortaleza interior, sepan adaptarse a un entorno cambiante y afronten los retos con resiliencia, sin miedo al fracaso. Hay que avanzar en una escuela centrada en el alumno, en una escuela para aprender.
¿Es más ‘fácil’ llevar a cabo este cambio en un centro concertado (o privado) que en la escuela pública?
En la Escola Virolai, el hecho de ser un centro concertado y con experiencia en procesos de calidad y mejora continua (Modelo EFQM de Excelencia) nos ha facilitado en gran medida el proceso de cambio. Por un lado, ha sido fundamental la actitud de compromiso que tiene todo el equipo docente y, por el otro, el hecho de que forme parte intrínseca de nuestra cultura de centro la evaluación sistemática de nuestra práctica docente para favorecer la mejora continua.
Evaluar los conocimientos es más o menos ‘sencillo’, pero ¿cómo valorar las competencias sociales o emocionales de los alumnos?
Evaluar en un modelo tradicional nos resulta más fácil porque es lo que sabemos hacer como profesores. Cuando pedimos que los alumnos desaprendan para volver aprender, lo decimos de manera muy rápida pero si lo tenemos que hacer nosotros, nos damos cuenta de lo difícil que esvaluar hoy tiene que hacerse de una manera holística: valorando lo que se trabaja en todos los ámbitos: en la escuela, en casa y en la educación complementaria (deporte, música…).
Además, hemos de tener en cuenta que las competencias relacionales y sociales son las prioritarias para la vida adulta como profesionales y ciudadanos.
La valoración de estas competencias no ha de ser con una evaluación tipo tradicional sino con una valoración de proceso partiendo de retos establecidos por el propio alumno y que valoramos de manera conjunta por el alumno, familia y escuela.
Esto es un pequeño extracto de la entrevista de 6 páginas publicada en el nº 30 de la Revista EDUCACIÓN 3.0 impresa, correspondiente a primavera 2018.
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