En los últimos tiempos se ha extendido, sobre todo a través de las redes sociales y auspiciado por las noticias y artículos de algunos medios de comunicación generalistas, un debate entre los que están a favor y en contra del uso de la tecnología en las aulas. Una polémica en la que se han mezclado temas muy dispares como el empleo de los teléfonos móviles en los centros educativos, el tiempo de exposición a las pantallas desde edades tempranas, el inicio en el uso de los dispositivos electrónicos por parte de los menores o los problemas derivados de la utilización abusiva de redes sociales, entre otros. A pesar de que muchos de ellos tienen que ver más con el ámbito familiar que con el educativo, esta controversia ha terminado llegando a los centros educativos y a los propios docentes, poniendo en tela de juicio todo lo que tiene que ver con la presencia de la tecnología en las aulas y, especialmente, sobre su ayuda como herramienta en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Para reflexionar sobre este tema, el pasado 18 de abril se celebró el XIII Encuentro EDUCACIÓN 3.0 ‘‘La tecnología, una aliada de la educación’ que fue emitido en directo a través de YouTube. En él participaron Lidia Pitzalis, responsable corporativa de Transformación Digital de Edelvives; Juan José García, responsable corporate Sector Educativo de Epson; María del Mar Sánchez, miembro del Grupo de Investigación de Tecnología Educativa y profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia; y Virginia Vicente, responsable de Comunicación y Marketing de Colegios IEP. El debate estuvo moderado por Francisco Javier Palazón, director de EDUCACIÓN 3.0.
Encontrar el equilibrio
El evento se inició queriendo conocer precisamente la opinión resumida que tienen estos expertos acerca de este debate.
Lidia Pitzalis (Edelvives): “Estamos en un momento donde el debate tiene que enriquecer pero no prohibir”.
María del Mar Sánchez (Universidad de Murcia): “Me gustaría señalar varias cosas. Primero, hay que diferenciar entre el contexto familiar y el escolar y que evidentemente deben coordinarse. Segundo, las pantallas son muchas cosas y tercero: creo que extrapolamos y asumimos que a todo hay que ponerle límites, pero nuestro proceso educativo no está tan digitalizado como creemos; existe mucha diversidad en los centros y la tecnología apenas acaba de llegar. Por último, se nos olvida que ésta nos salvó durante la pandemia”.
Juan José García (Epson): “Darle la espalda a la tecnología es darle la espalda a la realidad que nos rodea porque todo nuestro entorno es tecnológico. La tecnología necesita integrarse con un sentido y enseñar a los alumnos a utilizarla porque nos lo están pidiendo”.
Virginia Vicente (Colegios IEP): “Hay que alcanzar un equilibrio porque no podemos volver a la tiza. Si la tecnología mejora el aprendizaje, hay que introducirla con un propósito y una planificación.
'Negacionistas digitales'
La segunda cuestión sobre la que debatieron los participantes estuvo relacionada con el discurso que defienden los conocidos como ‘negacionistas digitales’ y sobre si se está culpando a los centros de un ‘problema’ que nace fuera del contexto escolar.
María del Mar: “Los primeros que somos críticos con el uso de la tecnología educativa somos nosotros mismos. Cuando hablamos de negacionismo nos referimos a la corriente que asume que la tecnología es mala basándose en estudios sesgados y que sólo selecciona la información que le interesa. Por otra parte, y aunque la digitalización no está muy extendida, creo que no nos hemos digitalizado bien. Es decir, hemos asumido que había que digitalizar y la tecnología ha entrado como un elefante en una cacharrería cuando tiene que enriquecer y complementar, no sustituir. Se requieren así de modelos constructivistas y de una inversión en tiempos, espacios y formación que los docentes no tienen. Evidentemente no es adecuado tener a un niño memorizando un PDF en una tablet, lo que es un ejemplo del mal uso de la tecnología. Al igual que tenemos claro que el modelo bilingüe ha fallado por querer meter con calzador el inglés memorizando y no decimos que la culpa es del inglés, sino de cómo se ha hecho, con la tecnología no sé por qué en vez de plantearnos qué hemos hecho mal estamos diciendo que el problema es del medio, la herramienta. La clave es el rol del docente, qué tareas hace y en qué momento incorpora esta tecnología”.
Lidia Pitzalis: “Creo que cabe un entorno híbrido y que es posible aprender de muchas formas. La tecnología tiene que enriquecer y permitir una educación de calidad que además es personalizable. Mientras tanto, las aplicaciones que se usan tanto en el aula como fuera de ella son igual de importantes. Un niño hasta los 6 años tiene que crear una serie de destrezas y tareas y si se llevan a cabo, con o sin tecnología, le permitirá ser mucho más eficaz al enfocar su atención y autorregularse”.
Juanjo José García: “Prohibir no funciona. Hay que dar a conocer y manejar las herramientas. También saber qué se puede hacer y qué no se debe hacer con ellas. La tecnología no sólo hay que enseñarla en los centros educativos, sino en todos los ámbitos”.
Virginia Vicente: “Es una responsabilidad de todos crear espacios de encuentro como las escuelas de familias que, dentro de los centros educativos, hacen una labor increíble. Por otro lado, no hay que mezclar porque una cosa es la pedagogía y otra diferente los riesgos. Ya en casa, los padres tienen que hacerse responsables cuando entra el teléfono móvil y llegar a acuerdos. Por tanto, es una responsabilidad de todos”.
Uso de las TIC
Durante el encuentro, se abordó también la idea de si quizá no se ha sabido explicar bien el uso de la tecnología como herramienta educativa para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, alimentado así el debate que se ha originado. Los participantes apuntaron varias ideas como la necesidad de educar a los estudiantes en los riesgos de la tecnología y también enseñarles a usarla de manera crítica.
Lidia Pitzalis: “Hay que preparar a los estudiantes para su futuro y no nuestro pasado. ¿Qué alumnos queremos y a quién tenemos la responsabilidad de formar? ¿A los que copian y punto, o a los que les enseñamos a utilizar la tecnología de forma crítica? Hace falta formación por parte de todos y herramientas. Existe la necesidad imperiosa de colaborar y de estar alineados con los tiempos del aula y en casa”.
María del Mar: “Tenemos que empezar a cumplir con el currículum y educar para vivir en el mundo que nos ha tocado. Eso pasa por incorporar la tecnología, no por ‘meter‘ una tablet con calzador y hacer memorizar al alumno. En esas situaciones existe un problema pedagógico y no es posible resolver con tecnología un problema que no es técnico, independientemente de la calidad de las herramientas que se empleen. Asimismo, me preocupa que en pleno boom de la inteligencia artificial estemos hablando de quitar la tecnología del aula y diciendo a los jóvenes que no usen el móvil en clase, pero luego se escanean el iris en los centros comerciales, y es aquí donde existe un problema educativo. Recuperemos el espíritu de educar y eduquemos también en los riesgos”.
Virginia Vicente: “La clave no es la tecnología, son las personas que dan vida a esa tecnología. En manos de personas sin curiosidad, con miedo y con resistencia al cambio no prosperará, pero en manos de personas inquietas, curiosas y con ganas de aprender sí. Hay que tener tiempo, conocimiento, creatividad, ganas y formación. Es fundamental saber y conocer para qué vamos a usar la tecnología y con qué objetivos concretos. También resulta necesario motivar para que se sepa utilizar correctamente”.
La formación docente
A continuación, se habló sobre si los docentes se encuentran lo suficientemente formados y preparados para sacar el máximo partido a las herramientas tecnológicas para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Todos los expertos coincidieron en que esta formación debe continuar.
Juan José García: “Son los propios alumnos los que nos están diciendo que los profesores deben aprender para enseñarles a ellos. En nuestro caso, intentamos que las herramientas sean lo más sencillas porque eso también les ayuda. Hoy en día, por otra parte, se ha perdido la curiosidad necesaria para el aprendizaje. Hay que ser curioso incluso para enseñar porque un alumno distingue perfectamente entre un docente que lo es y otro que no”.
María del Mar: “Deberíamos evaluar cómo se está realizando la acreditación de la competencia digital. El profesorado necesita más formación: la culpa no es suya, sino del sistema, los tiempos y cómo se gestionan las cosas. Se precisa una labor política de coordinación a nivel nacional y autonómico, así como empezar a establecer más conexiones entre las Facultades de Educación y las consejerías. Y aunque en estos momentos existe mucha desigualdad en función de los centros, una de las cosas a las que tenemos que aspirar es que todos los estudiantes tengan acceso a una formación de calidad”.
Lidia Pitzalis: “Desde Edelvives hemos implantado la inteligencia artificial en nuestros libros, la estamos testeando actualmente y a partir del año que viene se podrá utilizar. Comprendo que asuste tener que empezar desde cero sin saber. Por eso, recomiendo a los equipos directivos que tengan una pequeña formación y que aprovechen al menos el mes de julio, junto al claustro de profesores, para que se formen y descubran cómo y para qué utilizar la tecnología. No sólo ellos, también sus estudiantes”.
Virginia Vicente: “Aunque la formación es fundamental, los profesores al final están muy cargados de trabajo. Para mí, el problema es que esa formación no se organiza bien. Pienso que habría que plantear un plan de formación continua, una evaluación del desempeño y un diagnóstico de las competencias de los profesores para saber qué necesita cada uno”.
Conclusiones
Para finalizar, Javier Palazón, director de EDUCACIÓN 3.0, pidió a cada uno de los expertos una reflexión acerca de si este encuentro ha podido ayudar a que exista un punto de inflexión y que se haga realmente un uso adecuado de la tecnología en las aulas, en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en las familias. Mientras que Juan José García y Lidia Pitzalis hablaron de encontrar un equilibrio, María del Mar destacó que nuestro país tiene una oportunidad para hacer bien las cosas y conseguir llegar a trabajar la competencia digital de manera completa.
Juan José García: “La clave está en el equilibrio. Debemos incorporar la tecnología porque de lo contrario les apartamos de su entorno natural. Eso sí, hay que acompañarlos y enseñarles tanto sus virtudes como sus riesgos. Apostaría, además, porque todo fuese más colaborativo. Dentro de ese equilibrio, por otro lado, considero que los estudiantes tienen que seguir leyendo un libro, no tiene ningún sentido decirles que sólo lean en un ordenador o que accedan únicamente a contenidos digitales.”
Virginia Vicente: “Hay que utilizar la tecnología con un propósito y poner el foco en la pedagogía, no demonizar. Por otra parte, es clave que nos adaptemos a las necesidades de un nuevo alumnado que aprende de una forma distinta; Y, por supuesto, de 0 a 2 años nada de tecnología porque durante esa etapa aprenden explorando y tocando. Al final se trata de planificar las cosas. La formación es fundamental”.
María del Mar: “Tenemos una oportunidad de ser líderes en algo que en muchos países de Europa se está haciendo también mal y plantear las cosas desde la pedagogía. Esto, unido al mundo de la inteligencia artificial, puede hacer que empecemos a trabajar la competencia digital de una manera completa. No obstante, el problema es que los procesos son lentos y requieren de tiempo y de comprensión. Desde aquí, además, me gustaría hacer una petición: dejar de echarnos los trastos a la cabeza entre familias y docentes porque todos vamos en el mismo barco”
Lidia Pitzalis: “Desde Edelvives, dentro del departamento que dirijo, tenemos a una experta en pedagogía porque no vale todo, la innovación no sólo es digital. Por otro lado, pensemos que la innovación puede venir, por ejemplo, de la mano de un libro y que puede ser un poco más motivadora si ponemos un pequeño caramelo digital con sentido y, sobre todo, con equilibrio”.