TikTok es la red social más tóxica: peligros y consejos para evitar su toxicidad

En la actualidad, cerca de 4.950 millones de personas son activas en las redes sociales. Estas plataformas tienen un gran alcance, pero detrás del uso general que se le pueda dar se esconde otra realidad: su toxicidad. CyberGhost VPN ha llevado a cabo una encuesta para conocer cuál es la red social más tóxica para los usuarios. De entre las más de 1.000 personas que respondieron en España, Francia, Alemania y Estados Unidos, todas coincidieron en definir la toxicidad en redes sociales como “la difusión de noticias falsas, la facilitación de malos comportamientos y estafas, el fomento de comparaciones malsanas, el ciberacoso, el trolling y otras interacciones negativas”.

Así, más del 30% de los encuestados españoles consideró que TikTok era la aplicación de redes sociales más tóxica porque aloja problemas maliciosos, incluyendo la difusión de información falsa, los trolls y el ciberacoso, seguida de cerca por Instagram (27%), X (22%) y Facebook (11%).

La edad también desempeña un papel fundamental en la forma en que los usuarios perciben la toxicidad. Mientras que la Generación Z (de 18 a 25 años) considera que Instagram y TikTok son las redes más tóxicas, los encuestados de entre 59 y 68 años afirman que X y TikTok son las plataformas con más riesgos. Todos los encuestados coinciden en señalar que TikTok es la plataforma con mayor toxicidad. Esta red es la más utilizada por la Generación Z (88%), junto con Instagram (92%) entre los españoles encuestados.

Los problemas de la toxicidad en las redes sociales

Las noticias falsas son uno de los principales problemas. Un 61% de los encuestados españoles se topan habitualmente con historias inventadas en las redes sociales. Las estafas también ocupan los primeros puestos, ya que el 33% afirma haber encontrado enlaces, ofertas o regalos poco fiables. Respecto a otros tipos de toxicidad, el 8% de los participantes cree que el bullying es un factor tóxico en las redes sociales. Cuando se les preguntó, el 6% de ellos admitieron que habían sido víctimas de ciberbullying, y otro 36% dijo que alguien que conocían se había enfrentado a ciberacosadores. El 18% se ha topado con trolls en redes sociales. Así y según Medical News Today, el ciberacoso puede afectar negativamente a la salud mental y provocar sentimientos de depresión, ansiedad, estrés y baja autoestima, entre otros.

Además, más del 16% de los encuestados considera que las redes sociales son un ‘patio de recreo’ para los que buscan llamar la atención. Esta percepción está respaldada por las investigaciones que demuestran cómo las redes sociales alimentan la adicción a la gratificación instantánea y a los golpes de dopamina. A una parte de los encuestados les preocupan los estándares de vida y corporales poco realistas que muestran las redes sociales (13% y 18%, respectivamente). Esto crea comparaciones poco saludables en todos los ámbitos de la vida y puede llevar a problemas de salud mental como ansiedad, baja autoestima y trastornos alimentarios, por nombrar algunos.

Peligros del uso tóxico de las redes sociales

La encuesta también mostró que, aunque el 90% de los participantes en ella son conscientes de los problemas que plantean las redes sociales, experimentan distintos niveles de preocupación al respecto.

• Ciberacoso y trolls de Internet. La encuesta revela que el 25% de los usuarios españoles se ha enfrentado al ciberacoso (bullying y trolls), mientras que el 8% ha sufrido discriminación en los espacios digitales. De los que han sufrido ciberacoso, el 6% fueron víctimas directas de bullying, y un 36% ha conocido alguna víctima. Hay que tener en cuenta, además, que la mayoría de encuestados que fueron víctimas de ciberacoso tiene entre 18 y 36 años, o entre 35 y 42 años.

• Estafas en las redes sociales. Son un problema creciente que afecta al 33% de los encuestados españoles. Estas estafas adoptan muchas formas, como enlaces engañosos, programas de malware, perfiles falsos y regalos que resultan ser un timo. A menudo aparecen como concursos inofensivos u ofertas tentadoras, pero sus intenciones son cualquier cosa menos benignas.

• Noticias falsas. Las noticias falsas en las redes sociales se propagan como la pólvora, sobre todo porque suelen apelar a la atención y a las emociones. Esto hace que mucha gente comparta cosas sin darse cuenta de que no son ciertas. ¿Cuál es el resultado? La desinformación en distintos ámbitos de la sociedad.

• Expectativas poco realistas y comparaciones malsanas. Los jóvenes son especialmente vulnerables, ya que aún están formando su imagen de sí mismos y es fácil que interioricen estos estándares. Como resultado, pueden acabar excediéndose con las dietas o el gimnasio.

• Normalizar los comportamientos de riesgo. El 12% de los usuarios han visto publicaciones que no sólo normalizan sino que glorifican los comportamientos de riesgo. Además, el 16% de los encuestados observó que la gente busca llamar la atención en las redes sociales. Esta tendencia a exhibir acrobacias audaces y aventuras puede tener graves consecuencias, sobre todo para el público más joven, ya que puede distorsionar la percepción de lo que es seguro o sensato.

Pasos para mitigar la toxicidad de las redes sociales

Hay algunas medidas que se pueden tomar para protegerse de los problemas más preocupantes en las redes sociales.

• Organizar el contenido. Las redes sociales deben reflejar quién eres y qué te gusta. Al igual que las personas, los intereses y preferencias cambian y crecen con el tiempo. Si hay algo que no es de tu agrado, es posible dejar de seguirlo, silenciarlo o simplemente ignorarlo (incluso denunciarlo si es necesario).

• Descansar de las redes sociales. Tomarse un respiro del ajetreo incesante de actualizaciones, opiniones e interacciones a menudo negativas en las redes sociales puede hacer maravillas por la salud mental. Una pausa en las redes sociales también permite sumergirse en actividades que mejoran el estado de ánimo, ya sea salir con la familia y los amigos, practicar aficiones o simplemente relajarse.

• Participar en los comentarios de forma consciente. Se trata de pensar antes de escribir, de considerar si lo que se va a decir o compartir contribuirá a la conversación de forma positiva. Es tentador reaccionar por impulso a las publicaciones provocadoras, pero detenerse a reflexionar puede evitar que la situación se agrave y mejorar el ambiente en la red.

• Establecer límites de tiempo. El 40% de los encuestados más jóvenes dedican entre 3 y 4 horas diarias, mientras que los mayores suelen dedicar menos de media hora. Sea cual sea la edad, si no se hacen pausas regulares, se corre el riesgo de caer en el laberinto de las redes sociales, lo que puede provocar problemas de dependencia, relaciones tensas en la vida real y un estilo de vida más sedentario.

• Comprobar la política de las redes sociales. Se centran en reducir el acoso, la incitación al odio, la desinformación y otros contenidos perjudiciales. Comprobar las políticas de cada plataforma da una idea fiable de lo que se puede esperar al utilizar una red social. Muchas de ellas indican claramente qué hacer en caso de acoso, cómo denunciar comportamientos tóxicos y qué puede ocurrir después.

• Priorizar el autocuidado. El ‘doomscrolling’ (navegar en redes sociales largo tiempo, sin un objetivo concreto) puede parecer ‘tiempo para uno mismo’, pero es poco probable que haga sentir bien. El autocuidado no consiste sólo en hacer algo para sentirse mejor, también implica trabajar la mente. Hay que tomarse tiempo para ver cómo afectan las redes sociales y si es necesario modificar los hábitos para mejorar el bienestar.

• Buscar ayuda profesional si es necesario. A veces, la toxicidad de las redes sociales puede ser más profunda de lo que se cree. Si al navegar por Internet te sientes ansioso, deprimido o simplemente un poco decaído, buscar ayuda puede ser útil. Los terapeutas y otros profesionales de la salud mental pueden servir de guía para navegar por las redes sociales. Pueden ofrecer estrategias para sobrellevar la situación, apoyo y consejos que ayuden a encontrar el camino de vuelta a un estado mental más saludable.