El entorno de trabajo influye directamente en el bienestar de los trabajadores y en la calidad de vida en el trabajo. Hoy en día, estas dos nociones se han convertido en esenciales porque tienen un impacto en la productividad y el rendimiento de los empleados. Si se quiere que los miembros de un equipo de trabajo sean eficientes y productivos, el entorno de trabajo es un elemento esencial a tener en cuenta.
En efecto, un entorno ‘tóxico’ o inadecuado impide realizarse en el trabajo e implicarse en sus tareas. Por el contrario, un entorno de trabajo positivo les anima a involucrarse más y a dar lo mejor de sí mismos, porque es bien sabido que un empleado feliz es un empleado de éxito.
¿Qué es el ambiente laboral?
Se trata de la totalidad de las condiciones que se viven en el lugar de trabajo. El ambiente laboral se entiende también como el entorno en el que llevan a cabo sus tareas diarias. Así, el entorno de trabajo consta de varios elementos:
- La disposición del lugar de trabajo. El mobiliario, el equipamiento, los espacios de trabajo, la iluminación, la temperatura, la decoración, la presencia de una sala dedicada a las pausas y las comidas, la posibilidad de aislarse en caso necesario, etc.
- Las relaciones humanas: el entendimiento con el jefe, el ambiente dentro del equipo, la existencia o no de tensiones o conflictos, etc.
- La cultura de la empresa: el tipo de dirección, las prestaciones y los servicios ofrecidos a los trabajadores (restaurante, sala de deportes, guardería, etc.), la presión experimentada, la conciliación de la vida laboral y familiar.
- Higiene y seguridad: aseos suficientes o locales limpios e higiénicos.
Los colores: determinantes de la productividad
Los colores influyen en nuestra percepción, emociones y comportamiento pues según numerosos estudios científicos estos repercuten en nuestra capacidad de concentración y aprendizaje, así como en nuestra creatividad. Jean-Gabriel Causse, diseñador del color, ha escrito un libro sobre este tema, titulado ‘El asombroso poder de los colores’. Por ejemplo, los colores fríos, como el azul o el violeta, son calmantes y fomentan la creatividad, mientras que los colores brillantes, como el rojo o el amarillo, son estimulantes.
En general, la productividad es mayor en las oficinas con paredes de color que en las oficinas con paredes blancas. El blanco incluso tiende a cansar. Por otro lado, es importante evitar los colores oscuros, como el negro o el azul oscuro, ya que tienen un efecto soporífero y depresivo. En la oficina, la elección de los colores depende principalmente del trabajo de sus ocupantes. Si están regularmente bajo presión y realizando un trabajo estresante, los colores fríos les relajarán. Si, por el contrario, sus tareas diarias son monótonas, pueden estimularse con colores vivos.
Fomentar la interacción de grupo
Las relaciones humanas tienen una enorme influencia en el entorno laboral. Si hay tensión o conflicto dentro de un equipo o entre los trabajadores y sus superiores, el ambiente de trabajo puede ser tenso o incluso tóxico, lo que tendrá un efecto negativo en la productividad y el rendimiento.
Para evitarlo, crear una sala de descanso en la que puedan relajarse, charlar con sus compañeros tomando un café o comer juntos es una buena medida. También es aconsejable organizar periódicamente eventos de formación, pero también actividades fuera de la oficina para crear y reforzar los vínculos entre los miembros del equipo de trabajo. De este modo, todos se conocerán mejor y trabajarán mejor juntos. Dentro de un mismo equipo, crear elementos distintivos como camisetas impresas o personalizadas promoverá la comadrería entre los trabajadores y ayudará a liberar tensiones.
Facilitar la concentración
Si las oficinas son de planta abierta, a algunos les puede resultar difícil concentrarse debido al constante ruido de fondo, las conversaciones telefónicas, las discusiones entre compañeros, etc. Por eso es importante disponer de algunos elementos que les ayuden a concentrarse, como salas o despachos cerrados en los que los trabajadores puedan aislarse cuando necesiten concentrarse más en una tarea. También se pueden instalar mamparas acústicas para ayudar a reducir el ruido de los vecinos de la oficina.
Un buen entorno de trabajo también consiste en disponer de las herramientas adecuadas para realizar las tareas diarias. Hoy en día existe una gran variedad de herramientas y aplicaciones que facilitan la colaboración en equipo, promueven la comunicación y mantienen a los compañeros conectados sin importar dónde se encuentren.