“El deseo de todo niño con necesidades especiales es vivir como las otras personas: vivir de manera simple, libre y auténtica”. Así lo expresaba el pedagogo catalán Josep María Jarque, uno de los mayores referentes de la escuela inclusiva en nuestro país; una escuela que va mucho más de la integración —un término que tradicionalmente se ha empleado en los centros ordinarios que tenían entre sus estudiantes a alumnado con necesidades especiales— y habla de que todos los alumnos deben tener las mismas oportunidades de aprendizaje y, por ello, se debe prestar ‘especial’ atención a los niños con necesidades específicas.
¿Esto que implica? Existen numerosas publicaciones que profundizan en las características que debe tener la educación inclusiva y que plantean mejoras para alcanzarla. Por ejemplo, en el documento ‘El camino hacia la educación inclusiva’, publicado por Plena inclusión Madrid (la Federación de organizaciones de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo de Madrid), se propone implantar un currículum inclusivo y que el personal del centro esté formado para aplicarlo, crear espacios donde los profesores puedan realizar proyectos de mejora de la calidad o facilitar el aprendizaje cooperativo en el aula para que cada estudiante pueda aportar su experiencia, conocimiento y habilidades.
El papel que juega la tecnología
Además de todo esto, un buen proyecto de transformación digital puede convertirse en un gran apoyo para lograrlo. Así lo demuestra la experiencia de los nueve centros que componen LEO Academy Trust —todos situados en el sureste de Reino Unido y con alumnado entre 4 y 11 años—. En ellos, los estudiantes y los docentes tienen a su disposición Chromebooks para trabajar siempre que lo necesitan, una plataforma educativa y, además, se han rediseñado los espacios para que todos puedan moverse libremente en función de sus preferencias.
Con todo ello, han conseguido adaptar las clases a las necesidades de cada estudiante, incluso los que tienen necesidades especiales, que comparten las aulas y las lecciones con sus compañeros; ya no hay ni separación de espacios ni diferenciación de temario. Y los resultados de esta apuesta son, cuanto menos, llamativos. Tanto, que un estudio independiente ha constatado que en un plazo de 4 años, el número de niños inscritos en el registro de necesidades especiales se ha reducido en alrededor de un tercio gracias a las prácticas integradoras facilitadas por la tecnología que han implementado. Además, un 84% del alumnado cita expresamente que el acceso a sus dispositivos y herramientas les ha permitido tener ayuda y apoyo siempre que lo han necesitado.
Entre otras soluciones, en LEO Academy Trust emplean Chromebooks y la plataforma Google Workspace for Education Plus; y es que la tecnología de Google hace más sencilla la integración de estudiantes con dificultades. “Cuando decimos que queremos desarrollar productos para todos, hablamos en serio. La accesibilidad está incluida en nuestra declaración de objetivos y es una parte esencial de nuestros valores empresariales. Creemos que un problema no está resuelto hasta que no se lo solucionamos a todo el mundo. La gran promesa de la tecnología es darles a todos el mismo poder para alcanzar sus objetivos. Si ciertas personas siguen encontrándose obstáculos, aún tenemos trabajo que hacer”, afirma Sundar Pichai, CEO de Google.
De la mano de las herramientas de Google
Lo hace a través de herramientas que integran de forma predeterminada funciones de accesibilidad y que permiten ofrecer ayuda individualizada a cada alumno: los que tienen problemas de visión, audición o movilidad, los que presentan dificultades para leer o entender textos… Así, se minimizan los obstáculos para aprender y apoya la diversidad en el aula; se fomenta la implicación y el aprendizaje independiente; y se facilita que todos saquen el máximo partido a las herramientas que usan en clase. Estas son las más destacadas:
Funciones de pantalla y visualización
Ayudan a las personas ciegas o con baja visión a acceder a la información y colaborar con otros usuarios. Entre ellas destacan la escritura a través de la voz, la herramienta de lectura de textos en voz alta, la capacidad de conectar una pantalla braille para leer y editar archivos o una característica para invertir colores con el modo oscuro. También una lupa que amplía el contenido 20 veces o la posibilidad de cambiar el color o resaltar el cursor para verlo mejor.
Habilidades motoras y destreza
Facilitan introducir información mediante la configuración táctil y de voz. Así, es posible elegir combinaciones de teclas para determinadas tareas, hacer ajustes en el teclado o en el panel táctil para activar funciones rápidas, y usar la función Accesibilidad con interruptores para localizar contenidos en la pantalla y activarlos pulsando un interruptor.
Funciones cognitivas y mensajes de voz
Permiten ajustar entradas y salidas sensoriales, como el control por voz, los comentarios verbales y los cambios de color, facilitan el acceso a la información a personas con dificultades de aprendizaje, alteraciones cognitivas y discapacidad. Son los subtítulos, la toma de notas, la transcripción automática, el ajuste de fuentes…
Audio y subtítulos
Para las personas sordas o con deficiencia auditiva, o aquellas a las que les cuesta concentrarse, muchas de las funciones de Workspace y Chromebook tienen opciones que permiten generar subtítulos automáticamente o añadir a vídeos archivos de subtítulos hechos por humanos.