La ventilación en las aulas sigue siendo unos de los factores clave para evitar la propagación del coronavirus en su interior. Muchos son los manuales que se han llevado a cabo para hacerlo de forma correcta, como la guía que creó la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (que considera fundamental cinco renovaciones de aire a la hora) o la que realizó el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la que se plantean los distintos tipos de ventilación que hay que tener en cuenta.
Ahora bien, junto a la ventilación, otro factor importante es el análisis de la calidad del aire en las clases. Es una cuestión esencial cuando la ventilación manual no se puede llevar a cabo en épocas de frío y se opta por instalar purificadores de aire con filtro HEPA o se hace uso de medidores de CO2, por ejemplo.
Una herramienta para analizar la calidad del aire
Para llevar a cabo un análisis continuado del aire en el interior de las clases, la Federación de Enseñanza de la Unión Sindical Obrera (FEUSO) ha diseñado el Plan Ventilados (basado en la ‘Guía para ventilación en aulas’ del CSIC), con una herramienta de trabajo que sirve para medir y valorar la calidad del aire ambiental tratando de equilibrar la ventilación y calidad del aire del aula (y así cuidar las condiciones de trabajo de los docentes y del alumnado), evitando un consumo excesivo e innecesario de los recursos energéticos de calefacción.
Pero, ¿en qué consiste? El objetivo es tomar muestras de tiempos de ventilación y niveles de CO2 a lo largo de una jornada lectiva, que se recogen en esta plantilla. Después, estos valores se trasladan a una herramienta informática que resume en un informe los valores de concentración de estado estable de CO2 (valor máximo); el valor promedio y máximo del aula, y el caudal objetivo de aire exterior.
Si el valor de concentración de CO2 de la clase está próximo y es inferior al valor de concentración de estado estable (valor máximo) se habrá optimizado el tiempo de ventilación. Si no es así, hay que realizar nuevos ensayos con otros tiempos de ventilación. De esta forma, se conseguirán niveles aceptables de calidad del aire con un menor consumo de los recursos energéticos.
Algunas recomendaciones
Al igual que el CSIC, en el Plan Ventilados se recomienda disponer de un medidor o monitor de CO2 para disponer en tiempo real de los datos de CO2 acumulado en el interior de las clases. Para ello, es importante que el profesorado lo tenga en su mesa, junto al informe, y pueda comprobar que si la concentración de CO2 es próxima a la máxima se debe actuar inmediatamente, ventilar y garantizar la calidad del aire.
Por otro lado, y de no ser posible, FEUSO recomienda muestrear inicialmente las clases con mayor densidad de estudiantes por su dimensión, verificar los valores y adecuar los tiempos de ventilación. Una vez logrados los niveles de ventilación en esas aulas se debería comprobar el resto. Se establecerá, además, un calendario de muestreo para comprobar que los valores de los primeros ensayos se mantienen en el tiempo. En este vídeo se ofrecen todas las indicaciones para utilizar correctamente esta herramienta digital.