Cómo lograr aulas accesibles a través del Diseño Universal de Aprendizaje

Además de los obstáculos físicos en los centros escolares, el DUA propone identificar las barreras cognitivas, sensoriales y emocionales. La docente Laura Rodríguez explica cómo derribarlas para facilitar el acceso de todos los estudiantes.
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Según el Observatorio de Accesibilidad y Vida Independiente (COCEMFE), el 10% de la población considera que la accesibilidad es imprescindible mientras que otro 40% afirma que es necesaria. En lo que todos coinciden al 100% es que dicha accesibilidad mejora la experiencia de las personas. Estos datos evidencian que nos sentimos confortables en aquellos entornos en los que no hay barreras. Resulta obvio, ¿verdad? Pues lo mismo ocurre en la escuela. 

Tradicionalmente las barreras que obstaculizan un acceso en igualdad de condiciones se han centrado principalmente en lo físico como la adecuación del mobiliario, la accesibilidad a los espacios o en las condiciones del entorno. En este sentido, el Diseño Universal de Aprendizaje (DUA) va más allá ya que, partiendo de la existencia de una amplia diversidad en las aulas, propone identificar otras tres barreras que limitan la presencia, la participación y el aprendizaje de los estudiantes. Hablamos de las barreras cognitivas, sensoriales y emocionales. ¿Cómo podemos identificar cada una de ellas para facilitar aulas accesibles en las que participe todo el alumnado? 

Las aportaciones del Diseño Universal de Aprendizaje en accesibilidad

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Debemos realizar un rastreo sobre aquellos obstáculos en los que podemos trabajar, ya sean recursos, actividades, espacios o estrategias educativas y, de esta manera, lograr que ningún estudiante se quede fuera.

- En lo que respecta a la accesibilidad cognitiva es necesario valorar aspectos como los siguientes: las limitaciones que presentan nuestros estudiantes para comunicarse, el acceso y la comprensión de la información, las dificultades en lectoescritura, la capacidad para concentrarse o la memorización.

- Las condiciones sensoriales se relacionan con el acceso a través de nuestros sentidos a la información básica del día a día que nos permiten llevar a cabo actividades cotidianas. Así, algunos aspectos clave a evaluar en nuestra aula comprenden los problemas de audición y de visión junto a las ayudas técnicas que requieren para acceder a los aprendizajes; la posibilidad que tienen algunos estudiantes para manipular determinados objetos; o las condiciones de sensibilidad a ciertos estímulos, entre otros.

- La dimensión emocional. En este sentido, resulta imprescindible plantearse algunas cuestiones: ¿nuestras actividades fomentan la autonomía y la participación de todo el alumnado?, ¿conocen los estudiantes las normas de convivencia del centro y el aula?, ¿dedicamos suficiente tiempo a la resolución de conflictos?...  También es importante valorar si estamos diseñando propuestas en las que el alumnado se sienta seguro, competente y escuchado para que tenga la sensación de que encaja en el grupo.

Partiendo de estas consideraciones es posible elaborar un cuestionario en el que planteemos preguntas que consigan identificar estas barreras y aportar soluciones o sugerencias.

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